3 lecciones aprendidas sobre la implementación del open banking en Brasil

Con una estrategia progresiva, un enfoque de participantes amplio y una sólida estructura regulatoria, el modelo de open banking en Brasil no sólo está inspirando a Latinoamérica, sino también al resto del mundo. 

El alcance de los datos, los participantes del mercado y la estructura del gobierno son los puntos principales de la propuesta open banking en Brasil, que con muy buenos resultados se está implementando en cuatro fases, de acuerdo a una escala progresiva en la puesta en común de los datos.

La primera se inició el 1 de febrero y consiste en el acceso público a la información para las instituciones participantes, en relación con sus canales de atención al cliente, sus productos y servicios relacionados con depósitos o cuentas de ahorro, cuentas de pago u operaciones de crédito. La segunda fase en marcha desde el 30 de agosto apunta a los procesos bancarios más comunes; la tercera, comenzó el 29 de octubre y se hará a través de ciclos, comenzando por el intercambio de servicios de iniciación de transacciones de pago, empezando con la solución de pagos instantáneos Pix. La última instancia, proyectada  para el próximo año tiene como eje a los productos de crédito.  

“Lo que estamos haciendo actualmente es estandarizar cómo se comparten los datos entre los sistemas financieros, estableciendo tipos de datos y cómo deben estructurarse”, explicó Diogo Silva, jefe de División, Banco Central de Brasil, durante la última edición de Open Bank Latam que se realizó el 28 y 29 de octubre.

Además, Silva, quien es el encargado de coordinar al equipo responsable de la implementación de la estrategia de regulación en ese país, compartió algunas de las lecciones aprendidas por el regulador a partir de la creación e implementación de la regulación pionera en América Latina.

El marco legal ofrece un sector secreto de datos desde el 2001, al que las instituciones financieras tienen acceso y donde la información es compartida si el consumidor da su consentimiento. Recientemente, el Congreso Nacional aprobó la LGPD (General Personal Data Protection Law), una normativa de Protección de la Intimidad de Datos, que establece que los consumidores son sus únicos dueños.

El marco legal ofrece un sector secreto de datos desde el 2001, al que las instituciones financieras tienen acceso y donde la información es compartida si el consumidor da su consentimiento. Recientemente, el Congreso Nacional aprobó la LGPD (General Personal Data Protection Law),

Tres lecciones a tener en cuenta 

Diogo Silva compartió brevemente 3 aprendizajes a partir de la experiencia open banking en Brasil

  • La primera lección aprendida es poner en primer plano las experiencias de otros en el tema. “No debemos reinventar la rueda, sino construir en base a lo que otros están haciendo en este tema, tomando en consideración las necesidades del open banking dentro de nuestra jurisdicción», recomendó Silva. Y agregó: «Existen estándares técnicos universales, no hay muchas discrepancias en eso,  por lo que los reguladores deberían dedicar más tiempo a la difusión de los datos“.
  • El segundo aprendizaje es que “un modelo de autorregulación no funciona, los intereses son siempre habrán algunos aspectos que el regulador tendrá que determinar, algunos procedimientos operativos que, como mercado, no podrán ser capaces de acordar; pero el regulador de alguna forma tendrá que intervenir con el fin de definir los procesos”.
  • El tercer punto es la comunicación y la educación del cliente. “Creo que esa es la parte más difícil, porque los consumidores no están familiarizados (con estos procesos)”.

“No estamos ofreciendo un producto, sino un ecosistema que evolucionará en función de las soluciones aportadas y lo que la sociedad demande de las instituciones financieras y también de los reguladores”, concluyó Silva.

Video relacionado (En Inglés)

Leandro Pupe, Manager Comunidade, Open Bank Brasil y Diogo Silva, Banco de Brasil

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