- El Banco Central de Argentina recorta la rentabilidad de las billeteras digitales a través de un cambio regulatorio
- La nueva norma busca emparejar la competencia entre apps y bancos
- Mercado Pago, Ualá y otras billeteras deberán ofrecer menores tasas por saldos invertidos
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dio un golpe regulatorio que cambia las reglas del juego para las billeteras virtuales. La decisión fue recientemente anunciada: la autoridad monetaria comunicó que aumentará los requisitos de efectivo mínimo —los encajes— que deben cumplir los fondos comunes de inversión conocidos como money market.
Este tipo de instrumento es el motor que utilizan plataformas como Mercado Pago y Ualá para ofrecer intereses diarios a sus usuarios. El cambio implica una baja directa en las tasas que estas apps podrán pagar por los saldos de sus clientes.
La medida se enmarca dentro del programa económico impulsado por la el gobierno, que pretende una reducción de costos financieros para el sector privado. Según explicó el presidente del BCRA, el sistema bancario estaba afectado por un esquema desigual de encajes, con un trato preferencial para los fondos money market que derivaba en una competencia desbalanceada y mayor volatilidad en el sistema financiero.
Actualmente, los bancos deben inmovilizar más del 40% del dinero que reciben, mientras que los fondos de inversión utilizados por billeteras digitales solo tenían un encaje del 20%. Esa brecha les permitía a estos vehículos acceder a tasas más altas, que luego trasladaban a los usuarios. Con el nuevo régimen, el Central apunta a igualar esas condiciones, obligando a los fondos a inmovilizar más efectivo. En términos prácticos: menos rentabilidad disponible para el usuario final.
Un ajuste que afectará a los usuarios
Para quienes usan apps como Mercado Pago o Ualá como su “cuenta del día a día” —depositando dinero y aprovechando la rentabilidad sin necesidad de un plazo fijo—, esta decisión tendrá un impacto inmediato. Las tasas que ofrecían estas plataformas ya venían bajando, y con el aumento de los encajes, esa tendencia se acentuará.
Los datos previos a la medida mostraban que Mercado Pago rendía 25,26% anual para saldos menores a $1.500.000; Ualá, 29,3%; y otras plataformas como Personal Pay, Naranja X o Brubank se movían en un rango similar. Esas cifras quedarán por debajo frente a lo que venían ofreciendo, lo que podría provocar una migración de usuarios hacia instrumentos más tradicionales o de mayor plazo, como plazos fijos o fondos menos volátiles.
Más previsibilidad (y menor ganancia rápida)
El BCRA defiende la medida como una forma de reducir los movimientos diarios de grandes volúmenes de dinero entre bancos, provocados por los fondos comunes que buscan todos los días las mejores tasas. Esa dinámica, explicaron desde el organismo, aumentaba la incertidumbre y obligaba a los bancos a cubrirse con mayores costos, que finalmente se trasladaban a los créditos para personas y empresas.
El nuevo esquema busca disminuir esa volatilidad y fomentar un sistema más parejo entre bancos y fintech. Además, se plantea como un paso para consolidar la sostenibilidad del sistema financiero, dejando atrás las “excepciones” que beneficiaban a ciertos intermediarios.
Aunque todavía no se precisó cuándo se implementará la unificación total de encajes para todas las cuentas remuneradas, el mercado ya empezó a anticiparse. Expertos financieros y ejecutivos del sector advierten que el ajuste no solo reduce la rentabilidad, sino que también empuja hacia una reformulación del modelo de las billeteras digitales.
¿Y los usuarios?
Para los usuarios de billeteras el impacto será obvio: le pagarán menos interés por dejar dinero quieto en una app. Quienes usan las billeteras virtuales como medio de ahorro deberán recalcular. También puede haber cambios en las estrategias de las fintech, que podrían optar por lanzar productos alternativos o buscar rentabilidad vía otros instrumentos más sofisticados.
Por ahora, lo claro es que la era de las tasas altas a un clic de distancia empieza a apagarse. El Banco Central reordena las fichas, y el nuevo tablero financiero exige a usuarios y empresas adaptarse rápido.