- Bolivia da un paso clave hacia la modernización financiera: reconoce legalmente a las empresas que operan con blockchain, activos virtuales y servicios digitales
- Un experto local explica los alcances e implicancias de la regulación
Lo que comenzó como una salida de emergencia para miles de ciudadanos, hoy está configurando un nuevo sistema económico en Bolivia. En 2025, la adopción de criptomonedas creció un 630%, con transacciones por USD 430 millones, según el Banco Central de Bolivia. En Cochabamba, Santa Cruz o El Alto, comercios grandes y pequeños ya aceptan USDT como medios de pago cotidianos. La inflación, la escasez de dólares y cierta desconfianza en el sistema bancario impulsaron este cambio desde abajo.
Más del 85% de las operaciones con cripto fueron realizadas por personas naturales. Desde compra de insumos hasta recepción de remesas, las criptomonedas pasaron a ser una necesidad básica para muchos bolivianos.
Las regulaciones responden
Frente a esta transformación, la respuesta oficial llegó en dos etapas. En 2024, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) emitió la Resolución de Directorio N.º 082/2024, levantando la histórica prohibición de operar con activos digitales. Y en 2025, publicó la Circular ASFI/885/25, una normativa que regula la creación y operación de las Empresas de Tecnología Financiera (ETF), cuyos efectos en el ecosistema fintech hemos reportado en este informe.
Pero en el marco de este nuevo marco legal también se reconoce formalmente a actores que trabajan con tecnologías como Activos Tokenizados, Activos Virtuales y/o Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV), Pagos y plataformas de pagos, Plataformas de Financiamiento, Tecnologías Empresariales y otras, abriendo las puertas a un ecosistema financiero cripto que operará de forma regulada en el mercado con Licencia de funcionamiento emitida por la Autoridad del Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
Wilson Veliz es un consultor internacional sobre banca y fintech, al que Frecuencia Money le pidió opinión sobre la la medida: “En Bolivia hemos despertado a una nueva realidad. La puesta en marcha de esta regulación no sólo marca un avance técnico, sino también una oportunidad económica muy importante para el país”. Y agregó que «al formalizar este tipo de operaciones, se puede atraer inversión extranjera, generar nuevas fuentes de liquidez, brindar mayor seguridad legal y acelerar la inclusión financiera y tecnológica”.
«La clave, de aquí en adelante, será que todos los actores del país (gobierno, sector privado y sociedad civil) trabajen juntos para informar, educar, capacitar y adoptar estas nuevas tecnologías de forma efectiva» concluyó el experto.
Formación y acceso: el ecosistema empieza a tomar forma
Junto a la normativa, Bolivia empieza a desarrollar capacidades locales. En 2025 se lanzó NEXUM, la primera plataforma educativa nacional sobre blockchain y Web3. Creada por Blockfinity Advisors y el Banco Ecofuturo, NEXUM apunta a capacitar a pequeños emprendedores y sectores excluidos en el uso estratégico de tecnologías descentralizadas.
Esta alianza entre banca tradicional y empresas emergentes refleja un cambio de paradigma: el sistema financiero boliviano reconoce que la innovación no viene solo desde arriba, sino desde la experiencia real de la ciudadanía.
Contexto regional
El paso de Bolivia no ocurre en el vacío. Otros países de la región están avanzando en la misma dirección:
- Brasil regula exchanges, impulsa el real digital y lidera en volumen con USDT.
- Argentina adopta criptomonedas a gran escala como defensa frente a su inflación crónica.
- Uruguay ya cuenta con legislación integral sobre activos digitales.
- Colombia ha desarrollado un sandbox regulatorio con participación bancaria.
- El Salvador ajusta su marco tras legalizar el bitcoin como moneda en 2021.
En este contexto, Bolivia emerge como uno de los países que más rápido ha pasado de la negación a la regulación concreta de criptoactivos.
La nueva regulación sobre empresas fintech, sumada a la apertura al uso legal de criptomonedas, proyecta varios efectos positivos para el país.