- Las cuentas mulas se han convertido en el engranaje esencial del fraude financiero digital
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El especialista en ciberseguridad Julio Ernesto López propone dos medidas regulatorias simples que, asegura, podrían reducir los ciberdelitos en el sistema hasta en un 80%
Un cambio simple en la forma en que los bancos reportan y analizan la actividad de sus cuentas podría desactivar gran parte del fraude. ¿La clave? Detectar a tiempo las cuentas mulas.
El experto en ciberseguridad Julio Ernesto López —GTE de fraude y CISO en el Nuevo Banco del Chaco (Argentina) y columnista de la señal televisiva TN—, asegura que las llamadas cuentas mulas «son el eslabón más débil del sistema financiero frente a los delitos digitales. Son los destinos a los que van los fondos de los estafados y son siempre compartidos entre varios delincuentes».
Consultado sobre las mejores estrategias para medir la fortaleza de los sistemas de verificación de identidad basados en biometría, el experto explica que «la banca y las fintech usan proveedores de biometría, casi ninguno tiene soluciones propias; es necesario que urgentemente se clasifiquen estos proveedores ya que esta tecnología es talón de Aquiles del stack de seguridad. Para que un proveedor sea de máxima seguridad, debe incluir rutinas para evadir cámaras virtuales y pantallas de alta calidad, y por último, rutinas de prueba de vida. Y si con todas estas medidas biométricas no se está usando el servicio del Registro Nacional de las Personas (organismo oficial en Argentina) de fondo, es obsoleta aunque tenga todo lo antes mencionado».
Detrás del fraude
Las cuentas mulas son cuentas bancarias usadas como tránsito del dinero robado o estafado. No pertenecen a los delincuentes finales, pero sirven como puente para mover los fondos y hacerlos casi imposibles de rastrear.
“Si logras que esas cuentas ya no sean un canal ágil y seguro para criminales, se desactiva buena parte del daño”, explica López, quien lleva más de 15 años asesorando a bancos y fiscalías en delitos informáticos. Según el especialista, hay dos medidas regulatorias que, bien aplicadas, podrían reducir hasta un 80% los fraudes en instituciones financieras y cambiar radicalmente el panorama:
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Registrar el “grado de madurez” de cada cuenta —actividad mensual, número de operaciones, antigüedad funcional— además del CUIT (identificación tributaria) y la cantidad de cuentas, para detectar patrones inusuales.
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Un reporte diario de los números de teléfono o WhatsApp usados en fraudes a una fiscalía especializada, que coordine con plataformas como Meta para bloquear esos canales.
“Con más transparencia y acción judicial coordinada, podríamos erradicar hasta un 80% del fraude por saqueos bancarios. Nada de esto sirve si el Estado no tiene músculo técnico ni legal para actuar rápido”, advierte el experto.
Datos que dimensionan el problema
El fenómeno de las cuentas mulas no es nuevo, pero su expansión digital lo volvió crítico. Según un informe global de BioCatch (2024), se detectaron más de 2 millones de cuentas mulas en 257 instituciones financieras de 21 países. El 90% de esas operaciones estuvo vinculado a delitos cibernéticos, y el 78% involucró jóvenes menores de 21 años. En Argentina, por caso, un estudio reciente indica que el 76% de los usuarios ha sufrido algún tipo de fraude digital: phishing, estafas online o suplantación de identidad. Además, las denuncias de delitos informáticos crecieron un 21,1% en 2024, alcanzando 34.468 casos. “No es un problema marginal —advierte López—. Las mulas son la infraestructura invisible del delito financiero.”
Cómo operan las cuentas mulas
“Las mulas duran a veces apenas 24 horas en el circuito financiero —explica López—. Si no hay sistemas automáticos de alerta, pasan desapercibidas.” El funcionamiento es tan eficiente como simple:
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Reclutamiento: algunos prestan sus cuentas a cambio de dinero; otros son engañados o usan identidades robadas.
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Baja visibilidad: se realizan operaciones pequeñas para no despertar sospechas.
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Recepción y dispersión: los fondos del fraude llegan, se dividen y se transfieren a otras cuentas o criptomonedas.
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Rotación: cuando la cuenta se vuelve riesgosa, se abandona o reemplaza por otra.
Impacto
El experto sostiene que, si las entidades financieras adoptaran los cambios y la fiscalía operara de forma efectiva, el impacto sería enorme. No se eliminaría todo el fraude digital, pero sí se cortaría el flujo más directo: el que pasa por las cuentas mulas.
Las cuentas mulas son la columna vertebral del fraude financiero digital. Si el sistema logra desactivarlas, el impacto sería inmediato. Hay un camino posible —transparencia, reporte y coordinación judicial— que no promete una solución mágica, pero sí el método más directo para cortar el circuito del dinero delictivo.