Según un informe de la división de seguridad de IBM, los próximos Juegos Olímpicos en Brasil serán un objetivo privilegiado para los delitos relacionados con el cibercrimen.
Los blancos elegidos serán datos y dinero de usuarios de servicios de telecomunicaciones, bancarios y financieros.
Brasil es el segundo país en el mundo con mayor cantidad de fraudes bancarios vía Internet y ataques de malware financiero. A nivel mundial, las fugas de datos aumentaron un 23% en los últimos dos años, según un estudio del Ponemon Institute LLC, Estados Unidos. Esa pérdida representa unos 3,79 millones de dólares . Los nombres de personas siguen siendo el tipo de dato que sale a la luz con más frecuencia: está presente en más del 78% de las fugas de datos. Los domicilios, las fechas de nacimiento, los números de identificación, los historiales médicos y la información financiera representan entre el 30 y el 40 % de las filtraciones.
Las mayores amenazas durante los juegos sería, según IBM, la optimización de Motores de Búsqueda de sombrero negro, estafas en puntos de venta y phishing móvil.
IBM Security señaló que eventos globales como los Juegos Olímpicos son de gran atractivo para los ciberdelincuentes, porque aprovechan las cantidades masivas de transacciones financieras que se realizan en las zonas del evento o en relación con él.
Las previsiones de la compañía señalan que los ciberdelincuentes crearán sitios web falsos de fácil acceso para robar datos de tarjetas de crédito o infectar con malware. Advirtió que también los dispositivos móviles pueden ser infectados si se usan como puntos de compra y venta; así como cualquier otro dispositivo en el que se intente bajar una aplicación.
Ante la proximidad del evento deportivo, IBM Security elaboró el Informe Especial IBM X-Force: Panorama de Amenazas Brasileñas, el que señaló que los ciberdelincuentes que operan en Brasil están al acecho para sustraer datos personales, y acceso directo a información bancaria y de pagos. Señaló que en ese país hay baja concientización de los usuarios por lo que los delincuentes operan en ataques masivos pero no sofisticados.