La banca privada argentina redujo su cantidad en un 34,6% desde el 2000. Hasta diciembre de 2015 quedaban 49 entidades privadas.
En cambio y según un relevamiento privado de Practia Global, en Argentina existen 60 empresas de base tecnológica. Esas compañías brindan servicios financieros y compiten con la banca tradicional.
Si bien la banca minorista en ese país continúa sumando ganancias, la tendencia del sector muestra señales de desgaste. Según datos del BCRA, las ganancias de estas entidades tuvieron un crecimiento por debajo de la inflación.
Banca y pequeñas startups: socios y competidores
De acuerdo a un comunicado de Practia, el futuro de la industria estará dominado por el foco en el cliente. Así también como aplicaciones, seguridad y un corazón digital.
En este contexto, la demanda de créditos al mercado por parte de usuarios y pequeñas empresas abrieron una nueva oportunidad. Esa chance fue aprovechada principalmente por nuevos desarrollos que compiten con los bancos.
La cartera de servicios de las fintech se concentra 25% en servicios de pagos y cobros. Continúa con un 18% en la administración financiera para empresas, y los préstamos y financiamientos colaborativos representan otro 15%.
En América Latina existen más de 500 empresas de base tecnológica que hoy son catalogadas como Fintech. Según datos de la Secretaría de Hacienda de México exiten 185 startups fintech en ese país. El ranking sigue con Brasil (130) y Colombia (77), mientras que Argentina no supera las 60 iniciativas, según con un informe de FintechRadar.
La regulación también puede ser un obstáculo para la banca
Los bancos encuentran un “círculo vicioso” difícil de superar para brindar financiamiento a las PyMEs. Así lo reconoce un informe de Felaban.
El reporte de la entidad también observa que la informalidad de estas empresas no les permite determinar su capacidad de pago. A esto se suma “la falta de colaterales que impide el cumplimiento de requisitos de los reguladores y los propios internos”.
Además reconoce “que superar estas barreras exige un costo adicional con impacto en la rentabilidad que no les justifica el esfuerzo”.