- Instituciones líderes de la banca mexicana participan en el Proyecto Agorá, que apunta a mejorar el sistema internacional de pagos transfronterizos mediante tokenización
- El proyecto involucra a bancos centrales como el Banco de México, Banco de Inglaterra y la Reserva Federal de Nueva York
- La banca mexicana batió récord en ganancias acumuladas durante 2023 con más créditos y financiamiento al consumo
La banca mexicana atraviesa un momento de esplendor, impulsada por la digitalización y el crecimiento.
Dos noticias recientes reflejan el dinámico estado actual del sector. La primera, es la participación de bancos líderes en el ambicioso esfuerzo conjunto de la banca internacional que comentamos aquí hace unos meses, el Proyecto Agorá. La segunda, es el incremento récord en sus ganancias acumuladas durante 2023.
Estas situaciones destacan tanto el potencial de innovación de la banca mexicana como su fortaleza operativa.
Proyecto Agorá: hacia la tokenización financiera
El Proyecto Agorá, es una iniciativa internacional impulsada por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) y el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que busca crear una infraestructura común para tokenizar el sistema financiero internacional. El objetivo es reducir los costos y tiempos de las transacciones internacionales, un desafío al que las instituciones financieras han respondido con entusiasmo.
Entre las 41 instituciones financieras que se sumaron a Agorá, destacan 7 bancos que juegan un papel fundamental en el país: Banco de México, BBVA, Banco Santander, Banorte, HSBC, Intercam Banco y Monex. Su inclusión refleja no solo la importancia sistémica de estas entidades en el país, sino también su interés en liderar el cambio tecnológico en la banca.
Este proyecto, que involucra a bancos centrales como el Banco de México, Banco de Inglaterra y la Reserva Federal de Nueva York, es un esfuerzo coordinado entre el sector público y privado para modernizar el sistema financiero global.
La participación de la banca mexicana en el Proyecto Agorá posiciona al país como uno de los actores clave en la transformación digital de las finanzas globales, que en el largo plazo, podría revolucionar la forma en que se llevan a cabo las transacciones internacionales.
Rentabilidad: récord histórico para la banca mexicana
Los resultados financieros revelan un periodo de ganancias récord para los 50 bancos que operan en México, acumulando más de 171 mil millones de pesos entre enero y julio, la cifra más alta registrada en un mismo periodo.
Este notable incremento se atribuye principalmente al alto volumen de operaciones, que ha generado mayores ingresos por intereses y comisiones, especialmente en las principales instituciones financieras del país.
Los bancos más importantes (BBVA, Citibanamex, Banorte, Santander y HSBC), concentraron el 80% de las ganancias del sector, con utilidades que alcanzaron los 138 mil millones de pesos, un aumento del 3.01% respecto al año anterior.
En paralelo, la cartera de crédito también experimentó un crecimiento significativo, alcanzando un máximo histórico de 7.22 billones de pesos. Este crecimiento refleja el aumento en los financiamientos al consumo, como tarjetas de crédito y préstamos personales, áreas que han sido claves en la expansión del sector.
Sinergia entre tecnología y solidez
El escenario actual de la banca mexicana está marcado por una sinergia entre la adopción de nuevas tecnologías y la consolidación de su solidez financiera. La participación de las principales instituciones en iniciativas como el Proyecto Agorá pone de manifiesto su compromiso con la innovación y con mantenerse a la vanguardia de las tendencias globales. A su vez, los resultados financieros récord subrayan la fortaleza operativa de estos bancos, quienes han sabido aprovechar el entorno macroeconómico y las oportunidades que ofrece la creciente digitalización del sector.
Este enfoque dual, de transformación digital y crecimiento financiero, perfila un futuro prometedor para la banca mexicana, en el que la tecnología jugará un papel crucial no solo en la eficiencia de las operaciones, sino también en la creación de nuevas oportunidades de negocio.
Los bancos están demostrando no solo su capacidad para adaptarse a las tendencias globales de digitalización, sino también para capitalizar su posición en el mercado local.