- Banco Nación Argentina: el mayor banco estatal del país dejó, sorpresivamente, la cámara que nuclea a las entidades públicas
- El silencio oficial refuerza las sospechas de una estrategia para avanzar hacia su apertura al capital privado
El Banco de la Nación Argentina (BNA) sorprendió al sector financiero al presentar su renuncia a Abappra, la entidad que agrupa a los bancos públicos y privados de la República Argentina.
La decisión, tomada, como muchas otras en la actual administración, sin explicaciones oficiales, fue interpretada por muchos como un movimiento estratégico en línea con el plan de avanzar hacia la apertura del capital de empresas estatales, en línea con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tensiones internas y ruptura
El hecho de que el propio titular del BNA, Daniel Tillard, presida también Abappra, generó aún más desconcierto. El sorpresivo portazo deja en evidencia tensiones internas que ya venían gestándose desde que el Banco Nación tomó distancia de otros miembros al firmar un comunicado junto a cámaras de bancos privados –como Adeba y ABA– en el que se cuestionaban las cargas impositivas provinciales. Este posicionamiento había generado malestar entre sus pares, muchos de ellos bancos provinciales.
En febrero, el Ejecutivo convirtió al Banco Nación en una Sociedad Anónima, un paso que, si bien no significa una privatización inmediata, allana el camino legal para que en el futuro se incorpore capital privado. Aunque la entidad quedó fuera de la lista de empresas a privatizar aprobada en la ley de Bases, el Gobierno de Javier Milei insiste en que, tras las elecciones de octubre, buscará volver a impulsar esa agenda legislativa.
¿Salida a la Bolsa?
En los pasillos del sector bancario se comenta que el objetivo de fondo es preparar al Nación para cotizar en la Bolsa de Nueva York, replicando el modelo del Banco do Brasil.
En este contexto, no se descarta que el Banco Nación intente reincorporarse a alguna otra cámara bancaria, como Adeba, aunque desde la asociación aclararon que no han recibido ninguna solicitud formal. La salida de Abappra también implica que Tillard debería dejar su presidencia en esa organización, aunque aún no hay confirmación oficial sobre ese desenlace.
El movimiento, sin duda, refuerza la orientación del Gobierno hacia un modelo financiero más alineado con el sector privado y despojado de vínculos con la estructura estatal tradicional. Pero deja preguntas abiertas: ¿cuánto apoyo legislativo tendrá el proyecto de apertura del capital del Nación? ¿Y qué impacto tendrá en la banca pública, especialmente en las provincias que dependen de ella para financiar producción y consumo.