El crédito en América Latina: entre el miedo y la oportunidad

América Latina necesita un mejor acceso al crédito

  • La relación con el crédito en América Latina está atravesada por tensiones y prejuicios
  • El 54% de los argentinos cree que una persona bancarizada, exclusivamente, es la que puede acceder al crédito.
  • El 46% indica que, en caso de necesitar dinero, el préstamo o el crédito sería su última alternativa

El crédito, una herramienta financiera que puede impulsar el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de la población, enfrenta en América Latina una serie de desafíos relacionados con la percepción y el acceso.

Un reciente estudio realizado por Ualá y Trendsity revela una compleja realidad donde la desconfianza, los prejuicios y la falta de información coexisten con una creciente demanda de financiamiento.

El estudio -cuya muestra constó de más de 3.000 personas a nivel regional, específicamente, en Argentina, Colombia y México-, dio cifras que hablan por si mismas.

Aquí profundizaremos en los hallazgos de esta investigación, en particular, las conclusiones relativas a Argentina, analizando las razones detrás de la reticencia a solicitar préstamos y las oportunidades que se presentan para transformar esta realidad.

      • El 57% de los argentinos solicitó un préstamo alguna vez.
      • Solo 2 de cada 10 consultados considera que el acceso a esta herramienta en el país es bueno.
      • 3 de cada 10 argentinos no se sienten preparados para decidir si un préstamo les conviene o no.

“La percepción de que el crédito es inaccesible o riesgoso, pone en evidencia la necesidad urgente de una mayor educación financiera y de políticas que fomenten un acceso más equitativo y transparente”, señaló Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity, a partir de los hallazgos del estudio. “En un contexto donde la inestabilidad económica es la norma, romper con estos preconceptos no solo es crucial para los individuos, sino también para el crecimiento económico sostenido del país”, amplió.

El crédito como tabú

Se analizaron los principales temores que impiden a los latinoamericanos acceder al crédito.

  • Un 22% le teme altas tasas de interés, la fluctuación económica y el miedo al endeudamiento.

Pero también otros factores aparecieron como relevantes:

  • Un 17% le teme a la inestabilidad institucional del país.
  • Un 13% siente temor a endeudarse.
  • El 54% de los argentinos cree que sólo una persona bancarizada puede acceder al crédito.
  • El 46% indica que, en caso de necesitar dinero, el préstamo o crédito sería su última alternativa.
  • El 42% prefiere financiarse informalmente, es decir pedirle dinero a un familiar o un amigo antes que recurrir al banco.

También son importantes las barreras simbólicas. Hay que discutir cómo los preconceptos y estereotipos limitan el acceso al crédito, especialmente entre los segmentos menos bancarizados.

Entre los preconceptos más frecuentes de los consumidores están:

  • La deuda es percibida como sinónimo de problema.
  • El 33% no sabe si es sujeto de crédito.
  • El 14% considera que no es sujeto de crédito.

La necesidad de crédito

El emprendimiento y el consumo son los 2 principales motores del crédito en la región. Por eso las instituciones deben examinar cómo se manifiesta la necesidad de emprender, la inversión en bienes duraderos y la necesidad de cubrir gastos inesperados, que son lo que impulsa a las personas a solicitar préstamos.

El rol de la educación financiera

El conocimiento es un punto clave. La falta de educación financiera genera preconceptos y dificulta la toma de decisiones informadas.

En cuanto a las expectativas de los consumidores, la transparencia y simplicidad son demadas clave.

Por su lado, Ualá destaca que ya ha otorgado más de 6.6 millones de créditos en total, incluyendo préstamos personales, además de consumos en cuotas para compras, recargas y pagos de facturas.

El estudio de Ualá y Trendsity revela una oportunidad única para transformar la relación de los latinoamericanos con el crédito. Al abordar los miedos y prejuicios, promoviendo la educación financiera y ofreciendo productos y servicios más accesibles y transparentes, las instituciones financieras y los gobiernos pueden contribuir a un mayor bienestar económico y social en la región.

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