Hasta hace poco, los casos más emblemáticos y exitosos de dinero electrónico e inclusión financiera en los países emergentes provenían de África con opciones de productos de telefonía móvil como M-Pesa de Safaricom. Sin embargo, surgen nuevos proyectos en otras latitudes como la implementación del Dinero Electrónico, que el gobierno de Ecuador ha puesto en marcha, y que desde sus inicios ha sido liderado por el Banco Central del Ecuador.
El proyecto de Dinero Electrónico, que actualmente ha cumplido su segunda fase, está a punto de provocar una pequeña revolución, que seguramente va a tener consecuencias en otros países de la Región.
El Banco Central del Ecuador compró e implementó una plataforma unificada, creando las condiciones para la interoperabilidad del negocio y el desarrollo del ecosistema. La plataforma soluciona el problema de las diferencias entre sistemas y tecnologías, algo que hasta ahora no ha ocurrido en el resto de los países de Latinoamérica e incluso del resto del mundo.
En casos de escala global, como el mencionado de M-Pesa en Kenia, cada individuo o comerciante que quiere usar ese servicio debe ser cliente de la operadora. En cambio, en Ecuador todos las operadoras están asociadas entre sí y unidas en un mismo sistema tecnológico, el cual es administrado por la entidad financiera.
El proyecto de Dinero Electrónico tiene un componente importante relacionado con la inclusión y a partir de allí, la generación de diversos productos y servicios. En una plataforma única interactúan los diferentes actores tanto del sector financiero, corresponsales, tarjetas, bancos, operadoras telefónicas, como desarrolladores de aplicaciones. En este plan, los macroagentes aparecen como uno de los factores fundamentales para asegurar el éxito de este proyecto, en tanto permite llegar a poblaciones rurales y alejadas de las ofertas financieras como ningún otro actor.
Las tres operadoras móviles Movistar, Claro y CNT trabajan con el Banco Central en una plataforma única, lo que permite que la entidad bancaria gestione el gateway y la transaccionalidad mientras que las operadoras brindan el canal para llegar a los usuarios.
Si bien la plataforma única está disponible y las operadoras interconectadas, el sector de la banca no ha tenido una participación activa. Fuentes del sector manifestaron a Frecuencia Latinoamérica que aún tienen dudas sobre los mecanismos que se utilizarán para integrar de forma segura sistemas propios.
El proyecto de dinero electrónico ofrece beneficios también a otros sectores como el de retail o mayorista y de transporte, además, empresas dedicadas a custodia de valores que gestionan grandes sumas de dinero y que se enfrentan a problemas de robo. Para estos actores económicos la reducción del manejo del efectivo es una necesidad prioritaria.
Decisión de Gobierno es clave para la masificación de los pagos móviles
Es evidente que para poner en marcha un modelo similar al de Ecuador, en el que el propio Banco Central lidera la iniciativas es necesario que exista una decisión política que la sustente, pero además, de otros factores como el crecimiento y uso de dispositivos móviles, y de bajos niveles de bancarización.
Según Global Findex, los niveles de bancarización apenas promedian el 39% en Latinoamérica sin embargo, la penetración móvil supera el 100 % en varios países. Pero ¿cuáles serían los países potencialmente más receptivos a este modelo?
Bolivia, Venezuela y Argentina comparten números similares de bancarización y modelos de gobierno similares con énfasis en lo popular. Los niveles de bancarización en la Argentina ( 50,19%) ; Bolivia (40,75%); Venezuela (56,85%) y Ecuador (46,21%) están sobre el 40%, y el manejo económico de estos países sustentados en la ejecución de programas y beneficios sociales, potencian la expansión de este tipo se sistemas de pago, pues se convierte en un aliado simple que con costos bajos permite potenciar sus beneficios en zonas alejadas del país.
En definitiva, costos bajos del servicio (ver detalle abajo), facilidad de acceso y la participación directa del Estado para apoyar y utilizar este medio de pago prometen a corto plazo una rápida adopción del servicio entre la población no bancarizada.
Además, hay que señalar que las ventajas tecnológicas de la herramienta posibilita una acción geográfica capaz de llegar a personas pobres que habitan zonas remotas y que tienen en el dinero electrónico un medio de pago y la oportunidad de contar con nuevos servicios de pago de transporte o estacionamiento, el envío de dinero entre particulares y pequeñas empresas con una reducción de gastos de logística.
Costos del servicio
La apertura y la carga de la cuenta de dinero electrónico no tienen costo. Las tarifas de las transferencias serán asumidas por quien ordena la transacción – hasta 10 dólares, 2 centavos y hasta 50 dólares, 4 centavos cada una. Muy probablemente, el costo tan barato y accesible, contribuirá a la rápida y masiva adopción del servicio
Sin duda, se trata de un modelo fascinante y de una realidad que toma fuerza en Ecuador. Para conocer ésta y nuevas apuestas tecnológicas y económicas, le invitamos a ser parte de la 9na edición de M2Money & PAyments Latam que se realizará en Quito, el próximos 29 y 30 de julio.