El uso del móvil en los pagos G2P (desde gobiernos a personas -por sus siglas en inglés-) representa todavía un reto en Latinoamérica. Sin embargo, la evidencia muestra que puede convertirse en una herramienta útil para la entrega de los programas sociales.
Esa fue una de las conclusiones de la presentación que Martha Casanova, Technology Program, CGAP, realizó en Mobile Money & Payments Mexico, evento que se realiza en Ciudad de México.
A nivel mundial, 170 millones de personas de bajos ingresos reciben alguna forma de transferencia desde el Gobierno. Casi la mitad de los 40 programas de transferencia social implementados desde 1999 cuentan con entrega electrónica, según datos aportados por la especialista. En este contexto, en algunas zonas del mundo el celular está comenzando a ser considerado como medio de llegar directamente a los ciudadanos.
El caso Gcash en Filipinas es un ejemplo ya en marcha. La entrega de pagos cubre 70 áreas en 16 distritos remotos en los que existen agentes con teléfonos. Para los beneficiarios implicó una reducción del 30% del apoyo total que se gastaban en transporte, detalló Casanova.
En Latinoamérica existe el caso del piloto Acción Social, realizado en Colombia que consiste en realizar depósitos directamente a cuentas asociadas a un móvil. Los bancos involucrados establecieron corresponsales en puntos cercanos a los lugares donde las beneficiarias vivían.
En la primera dispersión se les entregó una tarjeta de débito y se les asoció al móvil, también se les explicó como funcionaba.
Si bien no se han publicado los resultados, basada en la experiencia de los bancos, el esquema fue bien recibido. Se llevaron a cabo seis pagos a cerca de 3,000 beneficiarias.?La gente tardó en aprender el uso del móvil pero eventualmente la mayor parte de las receptoras lo aprendieron a usar.
Entre las ventajas de usar el móvil como herramienta de pago figuran que el beneficiario sabe instantáneamente que le llegó su pago, el “efecto de activo” de dar a cada beneficiario un teléfono móvil y que las cuentas móviles de banco son diseñadas especialmente para personas de bajos ingresos.
Entre las desventajas hay que considerar que el beneficiario necesita recordar siempre su número PIN, los retos de conectividad y de usa tecnología de punta y la falta del recurso de la fotografía en el teléfono para verificar identidad.
En relación a algunos puntos a considerar para la puesta en marcha de este tipo de servicios, la delegada de CGAP señaló que existe un caso de negocio para los bancos cuando hay una comisión regular del Gobierno; cuando los bancos tengan que construir nuevos canales, será más viable si ellos pueden prestar servicios a la población en general.
