Sin embargo, opinó que esa evolución implica que la relación entre la banca y sus clientes debe ser tan o más segura que la que se tiene en una oficina bancaria. En este sentido, la gestión de las bases de datos de cliente y el conocimiento de sus transacciones y comportamiento financiero se convierte en un elemento fundamental para perfeccionar esa relación.
El conocimiento del cliente permite que la banca prevenga actividades ilícitas como el lavado de activos. En este sentido, Western Union ve que la movilidad y la globalización en el campo financiero van de la mano, lo que obliga a las empresas a ser más proactivas y evaluar programas de alcance mundial, para generar experiencia en el campo de la regulación y el control del lavado, sin dejar de lado el uso de la tecnología más sofisticada y el establecimiento de relaciones fuertes con los reguladores.