Según fuentes del Banco Central del Ecuador (BCE), citadas por el diario El Universo, la licitación que arrancó en julio del 2012 para adquirir una plataforma tecnológica que incluía hardware con redundancia geográfica y alta disponibilidad, un software adaptado a la administración del BCE, así como la interconexión entre las operadoras móviles y las instituciones financieras participantes fue declarada desierta.
El proyecto, que costaba $ 4,5 millones y que contaba con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), captó el interés de siete empresas, las cuales presentaron sus propuestas el 10 de septiembre pasado. Según los organismos encargados de la licitación, ninguna cumplía con todos los requerimientos legales, financieros y técnicos.
Ahora se elaborarán nuevos pliegos para el concurso, previo el visto bueno del BID. La billetera móvil es parte de un proyecto llamado Fortalecimiento del Sistema Nacional de Pagos. Para uno de los componentes de ese proyecto es que participó hace pocos meses Scanbuy, de la cual era socio Gastón Duzac, quien recibió el polémico crédito de $ 800 mil del Cofiec (banco con manejo estatal). Sin embargo, esa firma no pasó a la siguiente fase del concurso.
El primer traspié de la billetera móvil se dio el 9 de febrero del 2012 cuando, según un informe al que este Diario tuvo acceso, el BCE dio por terminado unilateralmente un convenio con Alternet Transaction Systems DBA (Utiba Americas), contratada en marzo del 2011. En ese tiempo, Diego Borja era presidente del BCE.
La entidad financiera había firmado un contrato el 31 de marzo del 2011 con esa empresa, cuyo apoderado era Fernando Merino Burbano y representante legal era el canadiense Henryk Dabrowski. El objetivo de este contrato era que Utiba Americas, con sede en Miami y en Ecuador, diera en arriendo la plataforma tecnológica e interconexión con el ecosistema financiero y de telecomunicaciones de Ecuador para el Sistema de Pagos y Transacciones Móviles del BCE.
El costo total del proyecto era de $ 151.500 e incluía el arrendamiento ($ 26 mil); el soporte y mantenimiento ($ 110.232) y el uso del programa ($ 15.008, en el que se calculaba $ 0,40 por 5.360 usuarios).
Una falla clave de ese momento era que no se había definido si las entidades financieras se integrarían a las operadoras móviles y si el BCE iba a actuar con su plataforma tecnológica exclusivamente como liquidador en línea de los movimientos de fondos interbancarios.
De acuerdo con el convenio de terminación mutua, este era un punto importante, pues el contrato establecía la integración con el BCE y las tres operadoras móviles.
Además, la entidad bancaria inició un proceso de revisión del modelo de negocios con base a nuevos requerimientos regulatorios y políticas del BCE.
Esto, porque el proyecto de marzo del 2011 establecía que las cuentas de las billeteras electrónicas que registraban los saldos monetarios de cada usuario serían manejados por el Banco Central.
De otro lado, el plazo de entrega del producto terminado era de 365 días a partir de la entrega del anticipo, pero no se pudo concretar dicho anticipo hasta diciembre del 2011, porque la empresa ganadora no tenía Registro Único de Contribuyentes (RUC).
Aunque Utiba Americas consideraba que no había cometido ningún incumplimiento y en varios oficios la empresa explicó que había incurrido en gastos que llegaban a los $ 132 mil, aceptó dar por terminado el contrato por acuerdo mutuo.
Fuente: El universo
