Radiografía financiera de México: inclusión y deudas pendientes

Digitalización y desconfianza persistente en el ecosistema

  • Se registra una mayor inclusión financiera, mayor acceso a canales digitales, y un leve descenso en el uso del efectivo
  • Persiste un núcleo duro de desconfianza: casi el 50% de la población piensa que su banco no atenderá sus quejas, y la mayor parte del ahorro no es canalizado por vías formales

Radiografía financiera de MéxicoLa Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores  revela una notable transformación en el panorama financiero de México.
El informe destaca un incremento en la adopción de servicios financieros digitales y una disminución en el uso de efectivo, reflejando una tendencia hacia la digitalización en el sector bancario y fintech.

Adopción de servicios financieros: en alza

Según la ENIF 2024, el 76.5% de la población mexicana de entre 18 y 70 años posee al menos un producto financiero, lo que representa un aumento de 8.7 puntos porcentuales en comparación con 2021. Este crecimiento sugiere una mayor inclusión financiera en el país.

El uso de aplicaciones móviles para operaciones bancarias ha experimentado un incremento significativo. Entre 2021 y 2024, el porcentaje de usuarios que utilizan apps para consultar saldos o realizar transacciones pasó del 54.3% al 69.1%.

A pesar de los avances en inclusión financiera, persiste una brecha de género. En 2024, el 72.8% de las mujeres contaba con al menos un producto financiero, en comparación con el 80.9% de los hombres, evidenciando una diferencia de 8.1 puntos porcentuales.

Tamaulipas se posiciona como uno de los estados con mayor inclusión financiera en México. El 84.9 % de sus habitantes ya cuenta con al menos un producto financiero.

Por otro lado, las mujeres indígenas enfrentan las mayores brechas en inclusión financiera. Las disparidades más notables se registraron entre los hablantes de lengua indígena, con una brecha de 15.2 puntos porcentuales entre hombres y mujeres. Los grupos con menor acceso a productos financieros incluyen a los hablantes de alguna lengua indígena (58.2%).

El estudio reveló que el 96% de quienes reciben apoyos gubernamentales cuentan con al menos una cuenta de ahorro y una tarjeta de débito. Esto se debe a que la mayoría de los programas otorgan estos instrumentos financieros para la recepción de los recursos asignados a cada beneficiario. La inclusión financiera facilita el acceso a créditos y seguros, promoviendo el crecimiento económico y reduciendo la desigualdad en el país.

Leve disminución del uso de efectivo

El efectivo sigue siendo el rey: el 85.2% de las compras menores a $500 se pagan en efectivo, aunque ha disminuido en comparación con el 90.1% en 2021, lo que indica una lenta pero constante transición hacia medios de pago electrónicos.

El 24.1% de las primeras cuentas de ahorro en localidades de menos de 15 mil habitantes fueron concretadas a través del apoyo gubernamental, y el 6.8% en localidades de más de 15 mil pobladores.

Los Programas para el Bienestar han impulsado la inclusión financiera en México: gracias a ellos, millones de personas accedieron por primera vez a productos financieros. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, el 50% de los beneficiarios de estos programas obtuvieron su primer producto financiero al recibir una tarjeta del Banco del Bienestar.

Desafíos en el ahorro formal y el crédito

El ahorro informal sigue siendo una práctica común en México. En 2024, el 36.6% de la población ahorró de manera informal, mientras que solo el 8.2% lo hizo exclusivamente a través de cuentas formales. Esta tendencia destaca la necesidad de promover productos de ahorro formal que sean accesibles y atractivos para la población.

Con respecto al acceso al crédito, el 38% de los encuestados contestó que no le gusta endeudarse, el 20.7% no cumple con los requisitos y el 25%, que no lo necesita.

Uso de canales digitales y confianza 

El aumento en el uso de canales digitales para operaciones bancarias es notable. Sin embargo, persiste una desconfianza en las instituciones financieras. Cerca del 50% de la población considera que las entidades financieras no puede resolver sus quejas, y aproximadamente el 40% duda de la seguridad de su dinero en estas instituciones.

Planes para el retiro: una tarea pendiente

La inclusión financiera también involucra la previsión para el futuro, pero los datos muestran que menos de la mitad de la población cuenta con una Afore. En 2024, solo el 42.2% de los mexicanos tiene una cuenta de ahorro para el retiro, y las mujeres tienen menor acceso que los hombres, con una diferencia de 17.2 puntos porcentuales.

Cuando se les preguntó cómo planean cubrir sus gastos en la vejez, las respuestas fueron las siguientes:

  • 71.4% espera seguir trabajando
  • 68.2% confía en apoyos del gobierno
  • 50.3% depende de una pensión o jubilación

La ENIF 2024 muestra avances significativos en la inclusión financiera y la adopción de tecnologías digitales en México. No obstante, es crucial abordar desafíos como la brecha de género, la prevalencia del ahorro informal y la desconfianza en el sistema financiero para avanzar en un mercado más maduro y competitivo.

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