- Una nueva caída en el flujo de remesas recorta liquidez externa y afecta al sistema financiero mexicano
- La tensión migratoria en Estados Unidos anticipa mayor volatilidad en los flujos hacia México
- Se proyecta un retroceso acumulado de 12% en remesas hacia El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua entre 2025 y 2026
Las remesas, uno de los pilares de ingreso externo en varios países de América Latina, mantienen una tendencia negativa. En julio de 2025, ingresaron en México 5.330 millones de dólares, una caída de 4.7% anual, con lo que se acumulan cuatro meses consecutivos de retrocesos.
Entre enero y julio, el flujo sumó 34,889 millones de dólares, monto 5.5% menor al mismo periodo de 2024 y por debajo incluso de 2023, según un informe que dio a conocer BBVA México. Para el sector financiero, el dato no es menor: se reduce el volumen de dólares que entran al sistema bancario y se acentúa la presión sobre intermediarios y proveedores de servicios de envío.
Según datos que publicó el Financial Times se proyecta un retroceso acumulado de 12% en remesas hacia El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua entre 2025 y 2026.
Un golpe doble: menos dólares y un peso más fuerte
La contracción no solo responde a menor número de envíos. En julio se registraron 12.8 millones de operaciones, una baja de -8% anual. Aunque la remesa promedio creció a 416 dólares (+3.7%), no compensó el volumen perdido.
Además, la apreciación del peso ha reducido el poder de compra de los hogares receptores. Mientras que en 2024 el dólar rondaba los 20 pesos, en julio de 2025 se cotizó en promedio en 18.71 pesos. Ajustado por inflación, los hogares recibieron 4.8% menos en términos reales que un año antes.
El trasfondo: dinámica migratoria en EE.UU.
Las cifras de remesas están íntimamente ligadas al flujo migratorio en Estados Unidos. Tras el llamado Periodo de la Migración Humanitaria (2021-2024), la población inmigrante creció con fuerza gracias a solicitantes de asilo y beneficiarios de estatus de protección temporal.
Sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la presidencia en enero de 2025, las políticas se endurecieron. La Current Population Survey estima que entre enero y julio de este año la población inmigrante en EE.UU. cayó en 1.9 millones de personas, aunque no está claro si es un descenso real o un subregistro por temor a participar en encuestas.
En este entorno, la población inmigrante no autorizada ronda los 14 millones, de los cuales 4.3 millones son mexicanos, el grupo más numeroso con amplia diferencia. La incertidumbre migratoria afecta directamente el envío de remesas y plantea riesgos para la estabilidad de este flujo.
Lo que está en juego para el sector financiero
- Menor captación en dólares: La caída reduce la liquidez externa vía remesas, un ingreso que superó los 63.000 millones de dólares en 2024.
- Riesgo cambiario: La apreciación del peso convierte cada dólar en menos pesos, presionando a intermediarios y receptores.
- Impacto en consumo: Las remesas representan una fuente clave de gasto en comunidades receptoras; la contracción puede desacelerar ventas minoristas y servicios financieros locales.
- Incertidumbre migratoria: Un endurecimiento adicional en la política estadounidense podría frenar más envíos y modificar la geografía de origen de las remesas.
La combinación de menos migrantes en EE.UU., un peso fuerte y la desaceleración económica global anticipa que el flujo de remesas seguirá bajo presión en el segundo semestre de 2025.
Para el sector financiero, el reto será diversificar fuentes de captación y diseñar productos que retengan clientes en comunidades tradicionalmente dependientes de estos envíos.