- La nueva normativa transformará la relación de los bancos con los activos digitales
- Desafíos para la nueva infraestructura bancaria, en Estados Unidos y en todo el mundo
- La demanda creciente de servicios de custodia, trading y gestión de portafolios abre nuevos negocios para la banca y sus proveedores tech
Comenzó la era del SAB 122. La derogación del Staff Accounting Bulletin 121 (SAB 121) en Estados Unidos el 23 de enero pasado, ha generado expectativas -y un intenso debate- entre los profesionales del sector fintech, la banca y los proveedores de tecnología.
La normativa derogada, implementada en 2022 por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), exigía a las instituciones financieras que custodiaban activos digitales (como criptomonedas) que registraran estos activos en sus balances, lo que generaba un impacto significativo en sus requisitos de capital y liquidez.
Durante mucho tiempo, los bancos argumentaban que esta regla les obligaba a asumir cargas contables y regulatorias desproporcionadas, lo cual desincentivaba su participación en el mercado de criptoactivos.
La consultora Ropes & Gray LLP destacó en un informe que la derogación del SAB 121 respondió a las críticas de diversos actores, incluyendo miembros de ambos partidos con representación en el Congreso de los Estados Unidos, y comisionados de la SEC. Esto marca un punto de inflexión para la industria; pero también plantea interrogantes sobre cómo funcionará la custodia de activos digitales y cómo se integrarán del todo con la banca tradicional. El proceso ya está en marcha
El impacto local y global
El SAB 121 había sido diseñado para abordar los riesgos asociados con la custodia de activos digitales, un mercado que ha crecido exponencialmente en los últimos años.
Sin embargo, su implementación generó controversia. Para muchas instituciones financieras, esto significó una oportunidad perdida, porque el auge de las criptomonedas y otros activos digitales ha creado una demanda creciente de servicios de custodia, trading y gestión de portafolios.
Sin embargo, el SAB 121 actuó como una barrera, dejando gran parte de este mercado en manos de empresas fintech y proveedores especializados, dejando totalmente afuera a los bancos tradicionales.
La firma de consultoría KPMG señaló que, con la nueva regla SAB 122, los bancos deben evaluar si existe una obligación relacionada con el riesgo de pérdida y, de ser así, medirla de acuerdo con las normas contables vigentes. También se ha reavivado debates sobre la custodia de Bitcoin porque es una oportunidad para que los bancos custodien este activo en nombre de sus clientes.
Apertura hacia un mercado inmenso
A partir del SAB 122, los bancos en EE.UU. tienen una oportunidad única para recuperar terreno en el mercado de activos digitales. Pero los bancos deberán invertir en tecnología y talento para gestionar los riesgos asociados con los activos digitales, desde la ciberseguridad hasta el cumplimiento normativo.
Este cambio no solo facilita que los bancos custodien criptomonedas, sino que también impacta directamente en la habilitación para integrar activos digitales tokenizados. Por ejemplo, los Activos del Mundo Real (RWA por su nombre en inglés), que es bastante amplio.
Con la orientación del SAB 122, la integración de las finanzas tradicionales con la tecnología blockchain ahora es mucho más sencilla.
Desde el punto de vist de los usuarios e inversores, esta orden ejecutiva presenta pilares diseñados para fomentar la protección al consumidor:
- Definiciones claras
Obliga a clasificar las criptomonedas según sus funciones: como valores, productos básicos o tokens de pago. - Simplificación fiscal
Para reducir las complejidades del cumplimiento, establece un enfoque estandarizado para la declaración de impuestos cripto y aplaza las ganancias de capital para ciertos proyectos basados en blockchain. - Colaboración global
Reconociendo la naturaleza global de las criptomonedas, incluye disposiciones para asociaciones con reguladores internacionales con el objetivo de armonizar estándares.
Desafíos y consideraciones regulatorias
Aunque es una noticia positiva para muchos en la industria, no está exenta de desafíos. En primer lugar, la regulación de los activos digitales sigue siendo un tema complejo y fragmentado. Los bancos y las fintechs deberán navegar un panorama regulatorio en evolución, lo que podría generar incertidumbre en el corto plazo.
Además, la custodia de activos digitales conlleva riesgos únicos, como la volatilidad del mercado y las amenazas de ciberseguridad. Los bancos deberán implementar medidas robustas para mitigar estos riesgos y garantizar la protección de los activos de sus clientes.
La nueva regla, para los bancos, representa una oportunidad para innovar y captar una porción del creciente mercado de activos digitales. Para las fintechs y los proveedores de tecnología, es una llamada a la acción para desarrollar soluciones que permitan a las instituciones financieras aprovechar esta nueva realidad.
Sin embargo, el éxito dependerá de la capacidad de los actores del sector para colaborar, innovar y adaptarse a un entorno regulatorio y tecnológico en constante cambio.