- Los aranceles afectan a las compañías financieras de todo el mundo, que se preparan para volverse ágiles ante la adversidad
- Los productos de crédito podrían ser los más golpeados por el nuevo escenario
Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la imposición de una nueva ola de aranceles, la economía del mundo no volvió a pensarse con la misma lógica.
Como reacción específica en este sector, las acciones de varias empresas del sector fintech han mostrado signos de debilidad ante la incertidumbre generada por estas medidas. Firmas globales como Affirm, Toast y PayPal se desplomaron mientras las tensiones comerciales se desplegaban.
El sentimiento del consumidor en Estados Unidos, que ya estaba debilitado antes de los nuevos aranceles, cayó a su nivel más bajo en dos años y medio en marzo, según datos de la Universidad de Michigan. Y en todo el mundo, las instituciones que ofrecen productos de crédito, podrían enfrentar mayores riesgos si el sentimiento del consumidor continúa deteriorándose y las presiones inflacionarias reducen el ingreso disponible.
La pregunta ya no es si estas políticas afectarán a las empresas del sector financiero, sino cómo y cuánto.
Aranceles: la economía global con un freno
El portal Fintech Weekly calificó a los nuevos aranceles como «una política que no distingue sectores ni prácticas injustas; simplemente impone aranceles a todo. Y eso incluye las cadenas de suministro globales, las inversiones en innovación y la capacidad de los bancos y fintechs para crecer en un entorno de previsibilidad».
Según evalúa el medio londinense Finextra, «aunque las fintech no son impactadas directamente por los aranceles (las transacciones digitales no pagan impuestos de importación), sí lo son de manera indirecta: inflación, caída del consumo, incertidumbre y un mercado de capitales más reticente a financiar riesgos. No es casualidad que empresas como Klarna o Chime hayan frenado sus salidas a bolsa».
Y para los bancos latinoamericanos que dependen de flujos internacionales de inversión, alianzas con proveedores globales de tecnología financiera o simplemente necesitan estabilidad para escalar, este es un golpe duro.
Fintech en modo defensa: más resiliencia, menos euforia
Desde la óptica de las fintech, el escenario es ambiguo. Por un lado, los cambios drásticos sacuden al mercado y reducen la liquidez. Por otro lado, abren oportunidades para quienes se muevan con rapidez y diversifiquen su exposición.
La consecuencia más clara: se acabó la etapa de crecimiento desenfrenado sin estructura. Sobrevivirán los que tengan modelos sostenibles, operaciones diversificadas y capacidad de adaptación rápida.
Para la banca tradicional: hora de repensarlo todo
Las tensiones geopolíticas no son nuevas, pero su impacto sobre la transformación digital bancaria se ha acelerado. Bancos en mercados emergentes ya lo están haciendo: migran a plataformas en la nube, adoptan modelos digitales-first y buscan garantizar continuidad, incluso en contextos caóticos.
Pagos B2B: tarjetas virtuales cruzan los muros
A partir de ahora, el tiempo de procesamiento de pagos no es solo una cuestión de eficiencia operativa. Es una cuestión de agilidad en la cadena de suministro.
Tal como lo adelantamos en Frecuencia Money, en nuestro artículo sobre los desafíos para la banca en 2025, las tarjetas virtuales (números únicos de un solo uso generados para transacciones específicas) ganan protagonismo aunque existen desde hace más de una década.
Al principio se usaban principalmente para reducir fraudes en viajes corporativos. Hoy, han evolucionado silenciosamente hasta convertirse en una herramienta sólida para pagos B2B. Lo que cambió no es solo el volumen, sino la lógica estratégica detrás de su uso. El foco está en la visibilidad, trazabilidad y velocidad, especialmente en entornos comerciales complejos donde cada retraso impacta a toda la cadena.
A diferencia de las transferencias ACH —que suelen requerir registro manual de proveedores y varios días para completarse—, las tarjetas virtuales pueden emitirse al instante, integrarse en los flujos de trabajo del ERP y liquidarse casi en tiempo real. Esa agilidad es crítica cuando las empresas deben cambiar de proveedor o redirigir envíos rápidamente ante interrupciones comerciales.
Cada nueva restricción comercial hace más evidente la ineficiencia de los pagos basados en papel.
- ¿Y América Latina?
La región está atrapada en medio de esta tormenta. Por un lado, sufre los efectos de la inflación importada, la devaluación de monedas y la retracción de inversores globales. Por otro, es un terreno fértil para soluciones innovadoras en banca digital. Si los actores financieros regionales logran sortear el ruido, pueden salir fortalecidos.
En un contexto donde incluso las grandes economías tambalean, los bancos y fintechs de América Latina deben enfocarse en tres ejes:
- Diversificación de mercados y partners
No depender de un solo proveedor, país o fuente de capital. - Inversión en ciberseguridad y cumplimiento normativo
- Agilidad para repensar modelos de negocio:
Desde servicios a migrantes hasta productos anclados en monedas estables, como las stablecoins.
¿Recesión global o un cambio de paradigma?
Dependerá de cuánto se extienda esta nueva guerra comercial y cómo reaccionen los bloques económicos. Pero para el sector bancario y fintech, el mensaje es claro: ya no hay espacio para la complacencia. La creatividad, la búsqueda de nuevos segmentos subatendidos y nuevos servicios serán claves para esta etapa.