En este artículo, Raul Nava, director Fintech, DAI, reflexiona sobre el presente de la regulación frente al avance FinTech en Latinoamérica.
Desde hace un par de años, el sector financiero se encuentra en proceso de transformación e innovación, lo que se puede confirmar en los reportes que realizan periódicamente algunas consultoras sobre el crecimiento sostenido de la industria FinTech en la región.
Factores como la emergencia sanitaria generada a causa del COVID-19, sin duda han acelerado la digitalización de productos y servicios financieros, en donde por causas de fuerza mayor clientes que tradicionalmente no utilizaban los medios electrónicos ahora se han convertido en parte de la demografía de los usuarios digitales.
En este crecimiento paulatino, la regulación también ha jugado un papel importante para dar certeza y respaldo a estas nuevas propuestas; cabe mencionar que no todo lo que suene a FinTech necesita estar regulado, así como no todo lo que está regulado necesariamente genera una barrera de entrada o se vuelve una limitante para competir con otros actores del ecosistema financiero. Por el contrario, los principios o valores comunes sobre los que se basa la regulación en diferentes países son inclusión e innovación financiera, promoción de la competencia y protección al consumidor entre otros.
En este sentido, derivado de mi participación en el evento Open Bank Latam a quien agradezco la invitación a moderar algunas mesas de diálogo, quiero compartir algunas reflexiones sobre los enfoques regulatorios enfocados en temas FinTech particularmente en los países de Brasil, México y Argentina.
Como primer punto, se puede concluir que el marco regulatorio se apega a los principios de promoción de la competencia y de inclusión financiera porque independientemente del producto o esquema que se esté regulando, se mencionan los beneficios para los participantes de la cadena de valor. Por ejemplo: cero comisiones o menores comisiones que los métodos transaccionales cotidianos (tarjetas de débito, crédito, transferencias interbancarias), esquemas interoperables, confirmación de transacciones en tiempo real, más alternativas para transaccionar (códigos QR, iniciación de pagos a través de un tercero) y posibilidad de participar en estos nuevos esquemas tanto para las entidades financieras tradicionales como para las empresas FinTech.
Por otro lado, el tema de obligatoriedad es un factor común en las tres geografías. En mi opinión, esto me parece acertado ya que LATAM a diferencia de otras regiones, tiene características particulares como la predominancia del efectivo como método de pago, niveles de bancarización menores a otros países y brechas en el uso de herramientas digitales. Cabe mencionar, que dicha obligatoriedad considera niveles, etapas o fases lo que permite estructurar de manera adecuada la transición de los participantes del sistema financiero a estos nuevos esquemas. Por ejemplo, se puede tomar en cuenta el tamaño de la institución, la complejidad que puede tener la implementación de la regulación y el tipo de participante en el sector financiero (banca, seguros, entidades de servicios de pago).
Finalmente se percibe un tema de inmediatez, es decir, si bien las iniciativas llevan tiempo de estar desarrollándose estamos en un momento clave ya que se comienzan a ver las primeras implementaciones de estos proyectos. Por lo que seguramente el próximo año se contará con información operativa y estadística que permita validar los supuestos que dieron origen a estos proyectos.
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Una vez que se han descrito los puntos en común en el tema regulatorio, a continuación, describo de manera particular las iniciativas que presentaron los países mencionados:
- Argentina, Transferencias 3.0. Sistema de pagos abierto que busca reducir el uso del efectivo y promover la inclusión financiera. Sistema abierto quiere decir que la red de pagos no es propiedad de alguna empresa o banco, sino que es un sistema en el que pueden participar una variedad de actores como FinTechs. El Banco Central de la República Argentina, responsable del desarrollo del proyecto, tendrá funciones de monitoreo a la red.
- Brasil, normatividad sobre iniciativas FinTech. Brasil, está dando grandes pasos respecto a los temas FinTech y es que en un par de Circulares recientemente publicadas se encuentran las reglas para la implementación de un Sandbox Regulatorio, las reglas para el lanzamiento de un nuevo sistema de pagos instantáneo similar al de Argentina conocido como PIX y la descripción de las fases para el despliegue de la estrategia de Open Finance.
- México. Modelo de Open Finance. México es uno de los pocos países que actualmente considera en la regulación, la obligatoriedad de que diferentes entidades financieras además de bancos compartan datos con terceros autorizados. En esta línea, actualmente se encuentra en proceso el desarrollo de los lineamientos para compartir datos transaccionales en donde se espera ver las primeras implementaciones para mediados de 2021.
Termino con la idea de que el próximo año seremos testigos de los avances en la transformación digital de varios países en la región LATAM y en donde veremos la culminación de una primera etapa del trabajo de reguladores, entidades financieras y FinTechs en el objetivo de construir un sistema financiero más competitivo, inclusivo y eficiente.
Sobre el autor
Raul Nava Salazar es Ingeniero en Cibernética por la Universidad la Salle, cuenta con una
maestría en Comercio Electrónico por el Tecnológico de Monterrey y una Maestría en
Administración de Empresas por la Universidad Anáhuac. Actualmente colabora en DAI, la consultora que está implementando en México el Programa de Servicios Financieros del Fondo de Prosperidad del Reino Unido. Anteriormente, Raul fue Director de Desarrollo Regulatorio en la CNBV donde participó en la conformación del paquete de disposiciones secundarias de la Ley FinTech.