Uruguay: ¿próximo hub fintech de Latam?

  • Uruguay tiene una industria financiera con un potencial ilimitado, pero obstáculos estructurales exigen decisiones urgentes
  • El sector fintech podría aportar hasta mil millones de dólares al PBI, generar más de 5 mil empleos directos y atraer unos 500 millones por año en inversión privada

Uruguay, ¿puede ser el próximo hub fintech de Latam?La oportunidad está sobre la mesa: Uruguay tiene las condiciones necesarias para posicionarse como un centro regional de innovación financiera. Un ecosistema tecnológico consolidado, talento calificado, estabilidad institucional y una cultura exportadora de software son parte del contexto que empuja a soñar en grande.

Pero según el último informe presentado por la Cámara Uruguay Fintech (CUF) y elaborado por la consultora Mordezki & Asociados, para concretar este objetivo son necesarias reformas regulatorias que destraben la competencia, habiliten nuevos actores e impulsen una transformación estructural.

El diagnóstico es claro: si el país logra capitalizar su momento actual, el sector fintech podría aportar hasta 1.000 millones de dólares anuales al PBI para 2035, generar más de 5.000 empleos directos y atraer al menos 500 millones de dólares por año en inversión privada, según los cálculos de la CUF. No son metas ilusorias, aclaran sus impulsores, sino proyecciones basadas en el crecimiento actual del sector y en benchmarks internacionales.

Una industria en expansión que pide pista

Actualmente, la industria fintech en Uruguay emplea a unas 1.000 personas y aporta unos 60 millones de dólares al PBI. La productividad por trabajador ronda los 60.000 dólares por año, una cifra considerable que podría triplicarse si el crecimiento del sector se acelera.

Para hacerlo, el informe recomienda crear un marco normativo a medida del ecosistema fintech. Esto incluye incentivos fiscales, educación específica, infraestructura tecnológica compartida y reglas claras. La hoja de ruta de la CUF enfatiza la necesidad de habilitar mecanismos como sandboxes regulatorios —espacios de prueba controlada para startups financieras— y priorizar el acceso equitativo a infraestructuras clave, como los sistemas de compensación automática de transferencias (ACH). Hoy, ese espacio está monopolizado por un solo actor, a pesar de que la ley permite que haya competencia.

Las autoridades de la CUF recalcaron que el Banco Central del Uruguay ya avanzó en una hoja de ruta sectorial, pero advirtió que la implementación está pendiente. Especialmente en lo que refiere a interoperabilidad entre sistemas de pagos, un cuello de botella que frena el desarrollo transversal del ecosistema.

El impulso de la innovación con impacto social

Más allá de los desafíos técnicos y normativos, también hay una dimensión social en juego:  democratizar el acceso a servicios financieros, reducir barreras de entrada al crédito y ampliar oportunidades para sectores tradicionalmente excluidos.

Este enfoque social no es menor: uno de los objetivos de la CUF es que más del 50% de los uruguayos usen productos o servicios fintech en los próximos 10 años. Eso implicaría llegar con herramientas de financiamiento a pymes, trabajadores independientes, emprendedores y zonas rurales donde el sistema financiero tradicional no llega.

¿Qué falta para despegar?

El mensaje es contundente: Uruguay tiene las herramientas para convertirse en un hub fintech regional, pero necesita decisiones valientes. La apuesta no puede limitarse al tamaño del mercado interno, sino entender que el país puede ser un exportador global de soluciones tecnológicas financieras. Casos como dLocal o Prex lo demuestran, pero el objetivo es que no sigan siendo excepciones.

Para lograrlo, es necesario sumar inversión, atraer jugadores globales y garantizar condiciones justas de competencia. En otras palabras: crear un entorno donde las fintech puedan crecer, probar, fallar y escalar sin trabas desproporcionadas.

En paralelo, la conversación sobre el futuro tecnológico de Uruguay no termina en las fintech. Desde la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), su presidente Amílcar Perea destacó recientemente que la inteligencia artificial también representa una oportunidad crítica para aumentar la productividad y profundizar la transformación digital del país.

Uruguay ya tiene un pie en el futuro. Pero para que ese futuro sea sostenible, equitativo e innovador necesita reglas del juego claras y decisiones estratégicas.

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