Según un nuevo reporte realizado por la Alianza Better than Cash, Colombia avanzó positivamente hacia el remplazo del efectivo, pero aún es necesario un mayor progreso para enfrentar la economía informal en efectivo e incrementar aceptación de los comerciantes y la adopción del consumidor para seguir avanzando en el cambio a pagos electrónicos en el país.
El 69% del valor de dinero que se intercambia mensualmente en Colombia se paga de manera electrónica. En esta medida, Colombia podría ser considerada una economía de “efectivo ligero”. Sin embargo esto solo representa el 9,7% de los 828 millones de pagos realizados mensualmente en el 2012, indicando que si bien los pagos de alto valor se realizan de forma electrónica, la mayoría de pagos que los Colombianos realizan de valor pequeño y mediano todavía se hacen en efectivo.
“Ya hemos realizado la transición del efectivo al electrónico en la mayoría de los canales de pagos de gobierno y estamos comprometidos en hacer la transición del resto en donde sea posible”, dijo Andrés Escobar, Viceministro Técnico de la cartera para el Ministerio de Hacienda de la República de Colombia.
“Debido a que reconocemos los beneficios de los pagos electrónicos para los individuos, los negocios y la economía en conjunto, continuamos definiendo regulaciones y apoyando el uso más amplio de pagos electrónicos en la economía”.
Los pagos de gobierno – ya sea del nivel federal al nivel de estatal y municipal, salarios, transferencias sociales a individuos y pagos a proveedores –son en su mayoría electrónicos (94% por valor, 76% por volumen). Los pagos masivos en el sector privado también están en transición (47% por valor, 29% por volumen), pero hay oportunidades para acelerarlos, por ejemplo al motivar a los negocios en transferir los pagos de nómina y de proveedores a un formato electrónico. Hay espacio considerable para cambiar pagos de impuestos y cuentas, que actualmente son hechos de manera electrónica al 63% por valor y solo al 21% por volumen, según el reporte.
La transición que tiene el camino más grande por recorrer es la de las compras del consumidor. El reporte encuentra que esto sucede por los altos costos para que los comerciantes se inscriban a programas de pagos con tarjeta, un valor limitado de propuestas para que los bancos expandan sus redes e instrumentos de pago, bajos niveles de acceso a tarjetas de débito para los consumidores y la incapacidad de los comerciantes en retener el impuesto de valor agregado.
El gobierno entero se está uniendo a la Alianza Better Than Cash construye sobre el compromiso del Departamento de Prosperidad Social (DPS), como uno de los primeros miembros de la Alianza.
“El Departamento de Prosperidad Social está orgulloso de haber tenido un papel destacado dentro de Colombia en utilizar pagos electrónicos como una vía a la inclusión financiera”, dijo Tatyana Orozco de la Cruz, Directora DPS.
“Más de tres millones de beneficiarios de Familias en Acción y otros receptores de transferencias condicionales de efectivo así como víctimas del conflicto interno, han recibido sus pagos dentro de sus cuentas bancarias de manera electrónica, proporcionándoles con una herramienta para no solamente recibir su pago de prestación social pero también permitiéndoles ahorrar y construir un historial financiero”.
Un facilitador clave del cambio es la colaboración pública y privada. El gobierno catalizó la creación del banco de liquidación ACH Colombia, el cual luego desarrolló la plataforma para Colombia de pagos electrónicos , Pagos Seguros en Línea (PSE). PSE unió a los bancos colombianos para definir acuerdos comerciales que crearían una plataforma interoperable para pagos en línea.
Los beneficios de un cambio como este pueden ser particularmente poderosos para comunidades rurales, proporcionando canales eficientes y transparentes para pagos – y cuando se realizan deliberadamente, proporcionan beneficios de inclusión financiera. La Federación Nacional de Cafeteros de Colombia ha logrado exitosamente alcanzar a comunidades rurales con su Cédula Cafetera Inteligente para pagos a los cafeteros, ahorrando $15,5 millones, o 80% del costo de hacer esos pagos en efectivo.3
El estudio de Colombia es el primero en su clase lanzado por la Alianza Better Than Cash. El diagnóstico fue emprendido por la consultora Bankable Frontiers Associates (BFA, por sus siglas en inglés).
