En este artículo, Eric Rosenthal, VP para América de Rapyd, brinda algunas claves para el crecimiento del B2B.
Debido a la pandemia y a la aceleración que ésta trajo en las transacciones digitales de todos los sectores, la integración de un pool de pagos diversificado es una de las principales tendencias en 2021 para el mercado del ecommerce, y una de las que más crecerá en los próximos años.
También es claro que en este año, la transformación digital inmediata se ha convertido en el centro de atención de los negocios en crecimiento, no solo para las transacciones B2C, también en sus relaciones comerciales con otros negocios (B2B). Por ello, es imperativo que éstos consideren la diversificación de pagos, ya no como un proyecto a futuro, sino como algo totalmente transversal a la estructura de la experiencia comercial que ofrecen y que se convierta en una de sus prioridades, de forma que les sea posible ofrecer a sus clientes y proveedores distintas y más sencillas formas de realizar y cerrar operaciones financieras.
Para lograrlo, las empresas han encontrado estos servicios con proveedores distintos a los bancos, ya que necesitan una gama diversa de opciones, velocidad de transferencias, costos reducidos y/o riesgos mínimos. Esta demanda en alza ha impulsado el crecimiento de las plataformas de pago debido, también, a que las empresas necesitan soluciones para escenarios de pago complejos (por ejemplo, empresas que tienen una amplia diversidad de fuentes de ingresos). Y, mientras los bancos tradicionales aún no desarrollen tales soluciones, las fintechs tienen una oportunidad cada vez mayor de establecerse como primera opción.
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La adopción de una amplia variedad de opciones de pago por parte de las empresas está generando un impacto importante en las transacciones B2B. Hasta ahora, gran parte del flujo de pagos B2B se había realizado a través de procesos manuales que involucran mucho papeleo, como impresión de facturas, envío de cheques o formularios con datos bancarios, etc.
Hoy en día, con la digitalización y diversificación de pagos, los procesos del comercio B2B se realizan mediante un flujo digital que permite no sólo acelerar procesos y hacerlos más seguros, sino incluso, pensar en traspasar fronteras y expandir el negocio. Por ejemplo, en México las empresas pueden solicitar financiamiento utilizando como aval una factura emitida a un exportador a Estados Unidos. Hoy en día, esto se puede hacer a través de un simple proceso en un sitio web. Los pagos B2B seguirán evolucionando para realizarse a través de plataformas que se asemejan cada vez más al e-commerce.
Como resultado de esta nueva tendencia de adopción de diversas opciones de pagos, vemos una democratización de los métodos de pago, ya que no importa en dónde se encuentren los negocios o cual sea el tipo de divisa que utilicen; esto impulsa el crecimiento del comercio local y transnacional. Las empresas buscarán fintechs para pagar a sus proveedores y cobrar pagos a nivel global incluso, muchas de ellas desarrollarán su propio circuito de pago cerrado para ofrecer a sus clientes no solo una plataforma de pago, sino también descuentos y beneficios para profundizar su relación con la marca. No será raro ver cada vez más empresas con su propia billetera electrónica.
Por supuesto, estamos en América Latina y el efectivo seguirá siendo el método de pago más utilizado. Pero eso se revertirá lentamente, por un lado, a medida que las Fintech sigan liderando con innovación la oferta de opciones para digitalizar ese efectivo y, por otro, mientras las empresas ingresan al mundo de los pagos electrónicos y se dan cuenta que sus costos bajan, bajan, la velocidad de las transacciones aumenta y las puertas del mundo se le abren.
Sobre el autor:
Eric es un estratega global, inversor y profesional de desarrollo empresarial especializado en innovación de servicios financieros (Fintech). Cuenta con más de 10 años viviendo y trabajando en Europa, Asia y América Latina radicando actualmente en Miami. Cuenta con un MBA por parte de la Ross School of Business de la Universidad de Michigan y una licenciatura en Economía y Estudios Ambientales de la Universidad de California. Habla español e inglés con fluidez.
